lunes, 23 de noviembre de 2020

Papas a la francesa

Los profundos bajos de Oliver retumban en todo mi cuerpo, mientras que mis pies luchan contra el suelo. El humo del cigarro infla mis pulmones mientras que lleno mi boca del amargo sabor de Moctezuma. El gris nos nubla la vista, sólo percibimos colores que corren por el cielo, por el piso y por nuestra piel. La nicotina nos pone nerviosos y el alcohol nos relaja al mismo tiempo, no hay preocupaciones, sólo hay música, sólo hay gente bailando.
Me siento ligera, me siento pesada, me siento lenta, pero el tiempo es fugaz, es igual de rápido que las luces que acarician nuestro cabello. El sudor nos cubre y convierte la ropa aun más pesada. Nos falta la respiración, pero no queremos parar. 

- Sueños en cuarentena.

martes, 13 de octubre de 2020

¿Por qué?

No he dejado de soñarte, sólo te veo a la distancia, nuestros ojos conectan y me alejo. ¿Por qué me sigues atormentando? ¿Qué quieres de mí? Siento que te estás comiendo mi energía, que estás succionando mis ganas y mi estabilidad. No puedo dejar de pensar en todo lo que me has hecho, en lo rota que me dejaste. La manipulación, el maltrato, el abuso, no puedo dejar de pensar en lo destruida que me dejaste física, emocional y psicológicamente. 
Las veces que luché contigo y te tuve que mantener tranquilo en el piso, las veces que me jaloneaste, las veces que abusabas de mí mientras dormía y lo normalizabas. Las veces que me hiciste creer que yo estaba mal, que yo me equivocaba y que yo tenía que compensarte a ti. Las veces que tuve que aguantar tus recaídas en las drogas, tus secretos, tu agresividad, la manera en la que me humillabas. 
¿Por qué dejé que me trataras así? 
¿Por qué dejé que me rompieras?
¿Por qué dejé que me hicieras y deshicieras?
¿Por qué?

jueves, 1 de octubre de 2020

Aún no, pero hazlo ya

Aún no lo beso y ya lo quiero
Aún no veo su cuerpo y ya lo deseo
No me sacio de él y aún no conozco su sabor
Hace poco le conocí y ya quiero que me haga el amor

Aún no lo siento y ya me imagino su piel
Aún no lo muerdo y ya conozco su sabor a miel
No importa qué pase porque yo ya le soy fiel
No importa la distancia, ya soy su retén

Tómame y déjate ir hasta la profundidad
Tómame y hazlo con brusquedad
Quiéreme y hazlo con cariño 
Deséame y hazlo con libido 


martes, 15 de septiembre de 2020

Café

Quiero que me cuentes tus días.
Quiero que me cuentes si despertaste tranquilo o cansado, quiero que me cuentes si el agua de la ducha estaba fría o cálida, quiero que me cuentes por qué no te gustó el café que te preparaste en la mañana. 
Quiero que me cuentes por qué saliste a comer tarde, quiero que me cuentes por qué te gustó mucho lo que comiste en tu hora de comida, quiero que me cuentes si tuviste mucho trabajo o si la tarde estuvo relajada. 
Quiero que me cuentes por qué te sentías presionado o feliz, quiero que me cuentes si terminaste tus pendientes y por qué saliste tan tarde del trabajo. 
Quiero que me cuentes lo cansado que estás saliendo de la oficina y quiero que me cuentes lo mucho que te relajó el cigarro que te fumaste afuera de tu casa. 
Quiero que me cuentes tu día entero, pero sobre todo, quiero ser la persona que te despierte por las mañanas, quiero ser la persona que haga el café como te gusta, quiero ser la persona con la que comas al mediodía, quiero ser la persona que haga tu día más llevadero. 
Quiero ser la persona que te haga feliz. Quiero ser la persona que te haga sentir bien, que te haga reír y relajarte. Quiero ser la persona que estará para ti cuando lo necesites y cuando no. 
Quiero ser todo lo que has sido para mí, porque me aceptaste rota y destruida, y además me estás sanando. 
Quiero ser la persona que alegre tus días, y que si no te gustó tu café, te lo prepare como más te gusta.

viernes, 7 de agosto de 2020

¿Ya es hora?

Ya no me duele, ya no me duele mi existencia, ya no me duelen los recuerdos, ya no me duele la carencia, ya no me duelen las palabras.
Ya nada me duele, pero nada me hace feliz. Me he rendido, es lo único que sé, que me he rendido en esta vida. Que no aspiro ni espero nada, que no necesito nada. No necesito vivir, no necesito respirar, no necesito hacer, no necesito caminar. Mis pies me arrastran y mis piernas flaquean, mis brazos se entumecen y mis manos tiemblan. El cuerpo y la vida me pesan. 
¿El karma me está reclamando todas? ¿O será que yo se las estoy entregando a voluntad propia?
Creo que estoy por terminar mis deudas porque hasta con el alma estoy pagando. Te entrego mis pestañas, mis uñas carcomidas y mis muñecas adoloridas. Toma todo lo que quieras, pues ya no me queda nada, nada por perder y mucho menos por ganar. 
Tómalo ya. Que ya no quiero nada.

miércoles, 29 de julio de 2020

Dejar de existir

Quiero dormir y ya no despertar, volar por el cielo observando de lejos a aquellos que amé. Quiero desaparecer entre las nubes, entre las ramas, entre tus pestañas y bajar por tu cara. Quiero desvanecerme como el humo del tabaco que solía fumar, molestar a algunos con mi partida y destrozar a otros con mi ausencia. Quiero que el tiempo no signifique nada, que los números se detengan y las palabras no salgan. Quiero desarmarme y que la tierra me tome y reclame como suya. Que las raíces me separen y los recuerdos me fragmenten. Quiero correr entre los suspiros y los últimos alientos de la gente, que mi cuerpo no exista y mi alma siga viva. 

viernes, 24 de julio de 2020

Mi hogar

Puntos rojos adornan mis piernas y líneas gruesas yacen entre mis muslos. El azul posa vehemente en mis muñecas y arrugas abrazan mis manos. La tela envuelve mis pechos y el vello se apodera de mi sexo. Mi pie baila rítmicamente y mi labio es maltratado constantemente. Mis pestañas se mojan y mis mejillas se convierten en cascadas. A cada rato pinto mis paredes, a cada rato las despinto. 10 extremidades se tuercen y mis hombros se estremecen. La tierra tiembla, la tierra se queda quieta.
Ningún lugar es seguro, estar bajo esta piel me inquieta. 

Incapaz

Me siento incapaz de amar. Siento que no me puedo volver a enamorar, que no me puedo soltar, no dejo que nadie conozca lo que hay debajo de mi piel. No confío en nadie, en ninguna promesa, en ningún "te quiero conocer".
Me siento incapaz de amar. Siento que nadie me cautiva lo suficiente, siento que nadie es suficiente, siento que yo no soy suficiente. 
Me siento incapaz de amar. No soy buena manteniendo contacto, no soy buena queriendo, no soy buena en lo absoluto. 
Me siento incapaz de amar. Siento que la vida la pasaré sin amar a nadie porque nunca terminaré de aprender a amarme a mí misma. 

martes, 21 de julio de 2020

He olvidado

Ya no recuerdo tu tacto. 
No recuerdo lo que se sentía abrazarte, no recuerdo cómo se sentían tus labios. No recuerdo tus ademanes ni lo áspera que era tu piel. 
No recuerdo qué número calzas ni tu color favorito. No recuerdo la manera en la que tomas el lápiz ni la manera en la que cocinas.
No recuerdo la forma de tus cejas ni qué tan hondos son tus hoyuelos. No recuerdo qué tan largos son tus dedos ni qué tan alto eres.
No recuerdo tu voz al cantar ni tu cara de enamorado. No recuerdo cómo bailabas de borracho ni tu andar.
No recuerdo la manera en la que rozabas mi piel ni por qué me hacías reír tanto en la madrugada. No recuerdo por qué me ponías nerviosa ni cómo me hacías soñar tanto. 
No recuerdo lo que me enamoraba de ti ni lo mucho que te solía amar. No recuerdo qué era lo que me hacía aferrarme a ti, no recuerdo qué era lo que me aterraba.
Pero aún te recuerdo. ¿De qué manera? Ni siquiera yo lo sé.

martes, 24 de marzo de 2020

220697

El sábado mi madre preparó enchiladas, esas que tanto te encantan. Fue inevitable pensar en ti, pero pues todos los días lo hago, ¿sabes? Estoy exhausta de ignorar tu presencia en mis pensamientos, estoy cansada de fingir que ya no te extraño y que ya no te pienso. Estos días he cantado nuestro chachachá en voz alta, y a pesar de que los demás me escuchan, no saben qué tanto significa para mí esa canción. Escuchan versos salir de mi boca, cuando realmente son suspiros. No he borrado tus fotos, las sigo teniendo conmigo. El otro día mi celular me sorprendió con varios gifs creados automáticamente con fotos similares entre sí, y realmente me tomó por sorpresa porque en uno de esos gifs aparecías tú rodeado de las luces del Santa Lucía, con tus hoyuelos iluminados. Y no puedo evitar sonreír al ver tu rostro en fotos, busco tu nombre en publicaciones, y sólo lo leo una y otra vez. Tu risa sigue haciendo eco en mi cabeza, y tus últimos mensajes los visualizan mis ojos entre recuerdos. Mis ganas de contar mis días, se esfumaron. Yo sé que yo fui la que te alejó al final, yo sé que yo fui la que rompió toda comunicación, pero era lo mejor para ti. Estaba, y sigo estando, hecha un desmadre. Y esa motivación que tenía, sólo la encuentro contigo. 

lunes, 27 de enero de 2020

Eras

Eres religión, de día te pienso y de noche te suplico. Eras romance, me sonrojabas y se me aceleraba el corazón. Eras comedia, me sacaste la sonrisa más auténtica. Eras amor, tus abrazos me reponían. Eras calidez, tu cuerpo me mecía para dormir.
Pero también eras autodestrucción, corrías hacia el peligro. Eras cruel, me hacías llorar con tus palabras y acciones. Eras impulsivo, no lo pensabas y sólo lo hacías. Eras violento, mis muñecas sufrían.
Y eso es lo que importa, ahora eras, a pesar de que yo sigo queriendo un eres. 

domingo, 26 de enero de 2020

Síndrome de abstinencia

Hoy sentí su cuerpo, no el tuyo. Era de madrugada, esperando a irnos, sólo me dejé caer sobre su hombro, dejé que me abrazara, sólo necesitaba sentir un poco de cariño, de calidez. Sé que no era tu pecho el que sentía, no era tu corazón el que escuchaba, pero me sentí segura, me sentí tranquila, sentí paz y sentía que podía dormir de nuevo abrazada.
Y me di cuenta de algo, me di cuenta de que extraño sentirme así, extraño dormir tarde sobre tu cuerpo, extraño esas pláticas resumiendo el día, extraño despertar a las 2:00 de la tarde con tu piel chinita a mi costado, cuando me despertabas con tus labios gruesos besándome. Extraño tu cuerpo, tu esencia, tu risa, tu mirada, la extraña tranquilidad que me dabas después de toda la tormenta que causabas.
Mi cuerpo me pide a gritos algo que no le puedo dar, algo que ya no le corresponde, algo que ya no le pertenece. Nunca había sentido un síndrome de abstinencia más cruel que este, el de tu piel. 

jueves, 9 de enero de 2020

Volví

Volví a soñar contigo. Volví a ver tu cara, tu cuerpo, tu mirada en mí. Volví a tenerte cerca. Vi cómo tocabas a alguien más, cómo besabas a alguien más. Te lloré y te supliqué que no lo hicieras, que no te enamoraras de alguien más que no fuese yo. Me alejaste, me confirmaste que ya no me amabas, que me habías olvidado y me volví loca. Grité y me derrumbé frente a ti, por un futuro cercano o lejano, porque sé que en realidad después encontrarás a alguien más, y yo ya no seré nada para ti.
Me desperté agitada y con la cara sabor a sal. Y aquí estoy, fingiendo que ya no te extraño, con los recuerdos tornándose borrosos, distorsionados. Con el olor de tu sudor un poco confuso, anhelando tus labios sabor a quién sabe qué. Exigiendo tus dedos rasposos y tus hombros suaves, recordando tus lunares y adivinando en dónde se posaban sobre tu cuerpo.
Volví a lo mismo, pero sin ti.