martes, 15 de septiembre de 2020

Café

Quiero que me cuentes tus días.
Quiero que me cuentes si despertaste tranquilo o cansado, quiero que me cuentes si el agua de la ducha estaba fría o cálida, quiero que me cuentes por qué no te gustó el café que te preparaste en la mañana. 
Quiero que me cuentes por qué saliste a comer tarde, quiero que me cuentes por qué te gustó mucho lo que comiste en tu hora de comida, quiero que me cuentes si tuviste mucho trabajo o si la tarde estuvo relajada. 
Quiero que me cuentes por qué te sentías presionado o feliz, quiero que me cuentes si terminaste tus pendientes y por qué saliste tan tarde del trabajo. 
Quiero que me cuentes lo cansado que estás saliendo de la oficina y quiero que me cuentes lo mucho que te relajó el cigarro que te fumaste afuera de tu casa. 
Quiero que me cuentes tu día entero, pero sobre todo, quiero ser la persona que te despierte por las mañanas, quiero ser la persona que haga el café como te gusta, quiero ser la persona con la que comas al mediodía, quiero ser la persona que haga tu día más llevadero. 
Quiero ser la persona que te haga feliz. Quiero ser la persona que te haga sentir bien, que te haga reír y relajarte. Quiero ser la persona que estará para ti cuando lo necesites y cuando no. 
Quiero ser todo lo que has sido para mí, porque me aceptaste rota y destruida, y además me estás sanando. 
Quiero ser la persona que alegre tus días, y que si no te gustó tu café, te lo prepare como más te gusta.

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