Se siente lo máximo, como si fueras invencible y todo lo pudieras. No existen límites y los retos te la pelan, todos tus objetivos los alcanzas como sencillamente tomas una pluma de la mesa.
O al menos eso me quiero imaginar yo, porque nunca he sido un 10.
Me siento tan inútil que podría asegurar que soy incapaz de hacer algo de mi vida.
9...
Me siento tan estúpida que estoy segura que los demás lo piensan cada vez que me ven.
8...
La cago tan seguido que podría jurar que los demás ya no se sorprenden y hasta podría decir que se han decepcionado de mí tantas veces que ya les va y les viene.
7...
Las personas que me deberían de motivar me bajan aún más mi autoestima.
6...
Siento que todo se me está saliendo de las manos, hasta cosas que no debería de estar cargando.
5...
No tienen fe en mí y me lo han dicho directamente.
4...
Siento que mi vida no tiene valor alguno y a veces sería mejor que me esfumara para dejar de ser una carga para los demás.
3...
Todo lo siento inalcanzable, imposible.
2...
Nada es real, mis amistades no son reales.
1...
Mi amor propio no existe, nunca ha existido y no creo que llegue a existir.
0...
Pues ya estamos en ceros. Y así podría seguir hasta llegar a -100.
