Los profundos bajos de Oliver retumban en todo mi cuerpo, mientras que mis pies luchan contra el suelo. El humo del cigarro infla mis pulmones mientras que lleno mi boca del amargo sabor de Moctezuma. El gris nos nubla la vista, sólo percibimos colores que corren por el cielo, por el piso y por nuestra piel. La nicotina nos pone nerviosos y el alcohol nos relaja al mismo tiempo, no hay preocupaciones, sólo hay música, sólo hay gente bailando.
Me siento ligera, me siento pesada, me siento lenta, pero el tiempo es fugaz, es igual de rápido que las luces que acarician nuestro cabello. El sudor nos cubre y convierte la ropa aun más pesada. Nos falta la respiración, pero no queremos parar.
- Sueños en cuarentena.